Cuentos sobre Jean LesBaker, amante y practicante de la Ciencia del análisis y la Deducción, y el Dr. Alejandro Mónaco, su socio y leal confidente. Abanderado de la nueva ciencia detectivesca. Basados en los cuentos y novelas escritas por Sir Arthur Conan Doyle.

jueves, 28 de marzo de 2013

El extraño caso de la pintura exterior (2da Parte)

Cuando el comisario Moreno se apersonó en nuestros aposentos, Les Baker se sacó los lentes oscuros que lo acompañaron siempre. Se sentó en el sofá, cruzó las piernas y juntó los brazos.

Empezó a pensar.

En ese momento, también hacía acto de presencia el Sr. Valiente. Tal cual el nombre, que ingresó a una vivienda llena de policías, sin la preocupación de ser tomado en custodia policial.

- Como dijiste que ocurriría, así sucedió. - Dijo Moreno, rompiendo el silencio.
- Tal cual, comisario.- Respondió el sabueso.- Valiente, ¿has traído lo que te pedí?
- Acá tenes. Con permiso, señores. - Y Valiente salía por la puerta de enfrente, sin miedo alguno.

A las manos de Jean le llegó un sobre de papel madera. Todos nosotros esperábamos que lo abra. Pero no lo hizo.

Dejó el sobre en la mesa de té que adornaba el pequeño living del departamento, y acto seguido se levantó.

Empezó a dar vueltas por la casa, con la mirada perdida. Todos los presentes esperábamos que dijera algo. Pero nada. Ni un suspiro mas fuerte que el que cada uno de los policias daban.

Aquel extraordinario hombre, que podía resolver casos con solo mirar una simple pista, imperceptible a la vista de todos, parecía derrotado. Una simple pintura podía condenarlo.

Me acerqué a el, tratando de darle consuelo.

- Jean. No puedes ser tu. Es imposible. Puedo oficiar de coartada, decir que estuviste conmigo.
- Ni de broma, Alex. - Me respondió el sabueso.- Y no confundas mi rostro con desazón. Solo estoy armando las piezas.
- Como? No te entiendo.
- Ya veras, Alex. Confía en mi. Sigues confiando en mi, verdad?
- Como la primera vez que nos conocimos, Jean.

Acto seguido, Jean tomó el violín que estaba recostado en el sofá, y comenzó a tocar una triste melodía en Do mayor.

- Dice la leyenda que Jean Michel Basquiat escuchó esta misma melodía cuando empezó a pintar "Tabac".- Dijo Les Baker. Y continuó tocando.

Moreno, Martinez, los efectivos presentes, todos estaban tristes. El jefe de policía sabia que ya no podía demorar el proceso de detención de Les Baker. De los ojos del joven cadete brotaban lagrimas.

- Es hora, Jean. Ya no puedo retrasar esto - Dijo Moreno.
- Tienes razón  Marcelo. A los medios hay que darle su comida. Alex, no te preocupes. La luz de la verdad está mas cerca cuando la oscuridad de la falsedad entra en su hora mas fuerte. Mi única recomendación es la siguiente: En dos días  acude a mi lugar de reclusión. Trae ropa nueva, y el sobre. He de suponer que Martinez estará contigo en los siguientes días. Confío en ello, no es así, oficial?
- Por mi palabra que si, Sr. Les Baker.
- Perfecto. Blackmind me tiene donde quiere: en el desprestigio. Dejemoslo que saboree esto. Y, Alex, por ningún motivo abras el sobre.
- Ok, Jean.
- Perfecto. A por ello, entonces.

Jean se puso los lentes, su clásico saco, pero la corbata sin anudar. Salió esposado, bajo la acusadora mirada de los flashes de las cámaras de los periodistas.

A pesar que Les Baker estaba seguro, y había previsto esto, no pude soltar mas que lagrimas.

Uno de los mejores detectives del mundo, a mi parecer, estaba yendo preso. Y yo, sentado, sin poder hacer nada! La impotencia me carcomía. Pero, como la paciencia debe ser un fuerte si estas con Les Baker, decidí esperar los dos días.

Casi ni salí del 949C de la calle Piribebuy, a no ser por las visitas de Martinez. Íbamos al Biggest. Y Martinez me contaba de como conoció a Les Baker. De sus aventuras y desventuras. Todo con tal de mantenerme alejado del sobre y del impulso de abrirlo.

Así pasaron los dos días  Y cuando fue el momento, fui a la sede de la Primera Zona Policial, a llevar ropas y el sobre a Les Baker.

Al llegar al calabozo acompañado de Martinez, le acerqué sus pertenencias.

- Te olvidaste del sombrero.- Le dije, en tono de broma.- A pesar que no puedas usarlo aquí dentro, no eres tu sin ello.
- Ah! Brillante observación! Pero creo yo que lo utilizaré enseguida. Trajiste el sobre?
- Aquí tienes. Como me lo pediste, no lo abrí.
- Perfecto, Alex. Ahora, hazme el favor de llamar a Moreno.

A los 5 minutos, Moreno llegaba franqueado por dos policías.

- Ok. Que me tienes?
- La prueba de la culpabilidad, pero no mía. Estos dos días fueron un sueño! Permitieron liberarme del stress que simboliza las consultas en el departamento. Me permitieron dedicarme a este extraño caso de "Tabaq". Y con razón, y sin caer en pura habladuría, se quien robó y quien tiene dicha pintura.
- O sea, que querías estar solo!.- Le dije al sabueso.
- Claro, Alex. Es un caso demás complicado. Piensa nada mas: Una obra como tal, con tanto mecanismo de seguridad rodeándola, seria prácticamente imposible sacarla sin que sea visto, no obstante, fue así.
- Es cierto - apuntó Martinez.- La cadena de seguridad va hasta el mismísimo embajador de Francia, Maurice Chassier.
- En efecto, oficial. Ergo, imagínate. Jamás acusarían al embajador.- Replicó el sabueso.
- No creerías que fue Chassier el autor del robo, Jean.- dijo Moreno.
- No, no... Por el contrario, el embajador no tiene velas en este entierro. Pero no estamos tan lejos de ahi.- Indicó Les Baker, sonriente.

Todos los presentes mirábamos con cierta extrañeza a Les Baker. Como es posible que sea alguien cercano al embajador?

- Podrías sacarme, Moreno? Que existan pruebas concluyentes en mi contra es cierto. Pero tengo la suprema contra el verdadero autor. Supongo que por cooperar, puedo quedar exento de la cárcel  y mas aun si digo que no pediré retribución por la acusación.
- Te sacaré cuando me digas quien es.- Refunfuñó Moreno.
- Oh... Y sacarle la diversión a esto? Para nada!

Marcelo Moreno era un hombre obstinado, pero Jean Les Baker era mucho mas.

- Con esto doy la precisa. Este sobre es determinante, para este y otros hechos. Buscas al llamado "Maestro de la Confusión". El líder en materia de robos sin resolver, o resueltos en forma errónea  como es mi caso. Pero el mio es particular, ya que Les Miserables busca incriminarme.
- Christian Priche!.- Exclamó Martinez.
- El mismo, oficial.
- Pero nadie sabe quien es realmente!- Dijo Moreno.
- Yo si.- replicó el sabueso.- Gracias a esto.

Y abrió el sobre. Y ahí estaba. La razón y el origen del problema.

Era el oleo "Tabac" de Jean Michel Basquiat!



(Culmina en la ultima parte)

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